Las células madre pueden corregir el labio leporino
Trigo y Moviglia no solo han logrado reducir el número de operaciones, sino que, además, la utilización de las células madre del cordón umbilical permite una cicatrización y una recuperación natural del hueso con resultados mucho mejores a los de los habituales injertos.
"Estamos sustituyendo las cirugías que se hacían habitualmente con ingeniería de tejidos", apuntó Trigo, quien abordó en su tesis doctoral la posibilidad de usar células madres para tratar las malformaciones maxilofaciales en niños.
"En 2007 hicimos el primer caso", apuntó Trigo, quien explicó que aquel primer paciente era el hijo de un cirujano cuyo padre "tenía tanta confianza en el método" que les pidió que le operaran y le colocaran las células madre.
Los resultados no solo fueron buenos sino que dejaron sorprendidos a los propios médicos, quienes decidieron proseguir esta línea de investigación.
En los últimos años, se han aplicado las células madre a nueve pacientes, todos ellos en Argentina, pero Trigo y Moviglia buscan ahora difundir el procedimiento internacionalmente a través de convenios con otros centros de investigación, como la fundación estadounidense Smile, especializada en malformaciones faciales congénitas.
No todos los casos de labio leporino son susceptibles de ser tratados con este método, ya que de momento los investigadores solo la aplican a recién nacidos, siempre que se hayan conservado las células del cordón umbilical y no se hayan sometido a procedimientos quirúrgicos previos.
"Usamos una técnica precoz de un cirujano francés, que opera primero el paladar a los cuatro meses y a los seis meses el labio. Dentro de los seis primeros meses de vida se termina prácticamente con toda la cirugía primaria. A esa técnica le agregamos la ingeniería de tejidos", detalló Trigo.
"La importancia reside en que es muy difícil reponer hueso cuando el niño tiene menos de un año y medio, porque poner un injerto en ese momento implicaría generar una fuerza tan grande que le deformaría, el paladar. Se espera muchas veces a los cinco años por este problema", apuntó Moviglia.
Los resultados no solo fueron buenos sino que dejaron sorprendidos a los propios médicos, quienes decidieron proseguir esta línea de investigación.
En los últimos años, se han aplicado las células madre a nueve pacientes, todos ellos en Argentina, pero Trigo y Moviglia buscan ahora difundir el procedimiento internacionalmente a través de convenios con otros centros de investigación, como la fundación estadounidense Smile, especializada en malformaciones faciales congénitas.
No todos los casos de labio leporino son susceptibles de ser tratados con este método, ya que de momento los investigadores solo la aplican a recién nacidos, siempre que se hayan conservado las células del cordón umbilical y no se hayan sometido a procedimientos quirúrgicos previos.
"Usamos una técnica precoz de un cirujano francés, que opera primero el paladar a los cuatro meses y a los seis meses el labio. Dentro de los seis primeros meses de vida se termina prácticamente con toda la cirugía primaria. A esa técnica le agregamos la ingeniería de tejidos", detalló Trigo.
"La importancia reside en que es muy difícil reponer hueso cuando el niño tiene menos de un año y medio, porque poner un injerto en ese momento implicaría generar una fuerza tan grande que le deformaría, el paladar. Se espera muchas veces a los cinco años por este problema", apuntó Moviglia.
0 comentarios:
Publicar un comentario